Aunque los efectos del cautiverio son desgarradores, una historia de esperanza emerge en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAVR). Un pequeño mono aullador rojo (Alouatta seniculus) llegó a nuestras instalaciones después de ser encontrado amarrado en un patio, víctima de un cruel cautiverio.
Los signos de la angustia vivida son evidentes: sus dientes superiores fueron cortados con un cortauñas, su condición corporal es precaria, su pelaje opaco y maltratado, y sus heces y encías revelan un pasado lleno de sufrimiento.
Sin embargo, la esperanza florece en el CAVR. El pequeño aullador rojo recibe la atención médica que necesita, incluyendo análisis de laboratorio y una revisión odontológica. Se recupera en el área de neonatos, donde disfruta de una dieta balanceada que le devuelve la fuerza y el brillo a su pelaje
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